MotoGP se apunta al 'low cost'
La llegada de las CRT a la categoría reina busca aumentar el número de máquinas en la parrilla y reducir los costes.
Se acabó el derroche de dinero en MotoGP. El Mundial ha decidido cambiar de rumbo y la próxima temporada dará entrada a los equipos 'low cost', que llevarán el nombre de CRT (Claiming Rules Team). El objetivo no es más que el de sumar motos a una parrilla de salida que el año pasado apenas contaba con 17 máquinas. La crisis económica ha obligado a muchos equipos a abandonar la competición -Suzuki no correrá-, y el espectáculo se ha visto perjudicado notablemente. En 2012 la situación será diferente y competirán las motos oficiales de fábrica y las CRT. Además, las cilindradas cambiarán. Se pasará de las 800cc. actuales a las de 1000cc., en la categoría reina. Y se crea Moto3 en sustitución del octavo de litro con máquinas de 250cc. y 4 tiempos.
¿Qué son las CRT y qué características tienen? Son motos que no están hechas por una marca sino por los equipos. Se trata de máquinas con motores de serie, con la diferencia de que tendrán una potencia mucho mayor y que montarán un chasis diferente al original de cualquier fabricante. Además, no tendrán las mismas limitaciones que las oficiales de fábrica. Contarán con un depósito superior -en vez de 21 litros tendrán 24- y podrán utilizar un número mayor de motores al año -pasarán de seis a doce-.
El problema reside en que no correrán tanto como sus competidoras. Y es aquí donde empieza la polémica. Algunos pilotos como Casey Stoner y Dani Pedrosa no ven con buenos ojos estos cambios. No quieren toparse de frente con un piloto que necesita dos segundos más por vuelta. Creen que es peligroso.
Pero parece que estas novedades están más que justificadas, ya que la situación actual no se sostenía. Hasta hoy, existían dos tipos de motos en la parrilla de salida de MotoGP. Por un lado estaban las fábricas oficiales y, por otro, los equipos satélites. Son estos últimos los que cada vez contaban con mayores dificultades. Se trata de inversores privados que 'alquilan' sus motos a las casas oficiales. Algo que supone un desembolso anual de 3 millones de euros. Una cifra que ha provocado los abandonos de la parrilla. Y los que no se han marchado pasarán paulatinamente a ser CRT. Son motos mucho más baratas -1 millón de euros anuales más o menos- y que siempre serán propiedad del equipo que las prepare.
Entretenimiento
Pero no es este el único problema. Las casas oficiales como Honda y Yamaha gastan sin límite a la hora de mejorar las prestaciones de las máquinas. Sus presupuestos son inalcanzables para muchas otras marcas y no pueden competir entre ellos. Al final, la realidad ha puesto las cosas en su sitio. Aprilia y Kawasaki acabaron retirándose hace ya un tiempo y otros interesados en participar en el mundial desistieron. Es el caso de KTM o BMW. Hendrik von Kuenheim, presidente de BMW Motorrad, explicó en 2008 que estudiaron seriamente la opción de entrar en MotoGP, pero los costes de desarrollo, casi cinco veces mayores a los de otras competiciones como la de Superbikes, no compensaban el retorno de la inversión.
Todo esto ha supuesto que cada vez haya menos equipos oficiales y, por supuesto, satélites. Carmelo Ezpeleta, director ejecutivo de Dorna -empresa que gestiona el Mundial- es consciente de lo que está pasando y ha decidido cambiar de rumbo, dando entrada a las CRT. «Esto es entretenimiento, no una carrera tecnológica», explicó hace unas semanas, en alusión al dineral que están empleando Honda y Yamaha en electrónica.
Es aquí, justamente, donde se ve la diferencia entre las motos. Los 800cc actuales no dan para más y las verdaderas diferencias llegan en forma de tecnología. Algo que no todos los equipos pueden pagar. Pero, ¿y si las CRT no son algo eventual y se acaban imponiendo en el futuro? La crisis actual invita a pensar en lo segundo. La competición ganaría más motos y el espectáculo sería mejor, aunque las máquinas corrieran menos que ahora.