Poco queda ya de aquellos primeros modelos "exóticos" con los que KYMCO aterrizó en nuestro país hace algo más de una década. Hoy la marca de Taiwán es ya un referente en el sector, una marca que ha experimentado una evolución espectacular en calidad y diseño y que habitualmente ya coloca sus scooter en la lista de más vendidos. Y nuestro invitado de hoy, el Superdink 300 con ABS tiene buena parte de responsabilidad en ello....
Incluso en un segmento como el de los scooter en el que -sobre todo en las actuales circunstancias- la competencia es despiadada, las marcas hablan con mucho respeto de KYMCO y de la evolución tecnológica y comercial que han experimentado sus modelos. Poco queda ya, decíamos, de aquellos primeros scooter "orientales" con los que la marca buscó posicionarse en el mercado únicamente por precio. Hoy KYMCO ha cambiado mucho; ofrece modelos pensados al gusto y necesidad europeos y ha dejado de ser una marca "económica" para convertirse en una marca que ofrece una buena relación calidad/precio... que es muy diferente. Tampoco su tecnología y sus acabados tienen nada que ver con la "antigua" KYMCO. El mercado así lo ha comprendido y la dinámica marca taiwanesa coloca, mes tras mes, sus modelos en la lista de los más vendidos. Nuestro invitado de hoy, el SuperDink 300i ABS, es buena muestra de ello. Tanto él como su hermano se han convertido en parte del paisaje urbano de nuestras ciudades.
¡¡¡Que gran motor!!!
Si a alguien le extraña que KYMCO haya sido elegida por BMW para colaborar estrechamente en el desarrollo de motores que pruebe esta 300 y después decida. El del SuperDink 300 es el propulsor con más carácter y mejores prestaciones de su segmento. Nada más y nada menos que casi 33 CV -exactamente 32'8- a nuestra disposición; los mismos que algunos 400 del mercado. Y lo mejor es que los entrega todos desde el mismo momento del arranque, sin vacíos ni caídas apreciables y tirando siempre hasta una velocidad máxima más que "sancionable". No todo podía ser perfecto; es un motor que vibra un poquitín -especialmente al ralentí- y resulta algo ruidoso a regímenes altos aunque en ningún momento ni unas cosa ni otra resultan molestas. De hecho incluso habrá a quien le encante pues le recordará que lleva un scooter de altas prestaciones. Con todo, la aceleración desde parado no es su punto más fuerte. Acelera más que suficientemente bien para dejar atrás al grueso del tráfico ciudadano, por supuesto, pero me gustó mucho más en regímenes medios. En la franja entre los 80 y los 120 km/h es, incluso, brillante. Es un motor más de "patada" que de finura. Más enérgico que amable. Más de carácter que suave. Así que vayan olvidándose quienes esperen un motor blando y de tacto eléctrico.
Más carácter que suavidad
Pese a eso es un propulsor bastante poco bebedor. Los ingenieros de KYMCO prestaron especial importancia a este aspecto ya que deseaban que la potencia no penalizara el consumo y acabara convirtiéndose en un obstáculo más que en un argumento de venta. Usándolo tanto por el centro -en hora punta y callejeando-, como por avenidas amplias y tramos rápidos de autovía en salida de cercanías, el consumo se quedó a las puertas de los 5 litros. Una cifra más que aceptable dado el nivel de prestaciones del conjunto. Conviene insistir en que el SuperDink 300 corre realmente mucho y a la hora de girar el puño del gas está más cerca de un 400 que de un 300. No es un scooter apabullante que requiera de grandes habilidades pero tampoco estamos ante un tranquilo "dos y medio" sobredimensionado. Por caballería y posibilidades mecánicas está perfectamente capacitado incluso para desplazamientos de media distancia con dos pasajeros.
Ergonomía personal
Estéticamente, excepto por el tamaño del conjunto del escape, el modelo 300 es idéntico al de 125. En cualquiera de las dos cilindradas el SuperDink es un scooter grande, voluminoso. En ningún momento eso le impide ratonear y callejear pero no es, en absoluto, un modelo compacto. La habitabilidad y ergonomía, incluso con pasajero, son óptimas y se va holgado de espacio tanto fuera como dentro. Me refiero a que en el amplísimo cofre bajo el asiento caben incluso dos cascos integrales aunque hay que cogerle el truco a su colocación. Si su fondo fuera más plano aprovecharía mejor el espacio pero, en cualquier caso, la capacidad es más que suficiente y el asiento es amplio y confortable. La guantera del lado izquierdo es también amplia y admite sin problemas toda la pequeña impedimenta diaria de llaves, cartera, teléfono o gafas. En el interior de la guantera encontramos, además, una útil toma de corriente. La tapa podría estar mejor resuelta y ser más funcional pero lo importante es que es hermética. El SuperDink es completísimo en equipamiento aunque tiene algunos detalles ergonómicamente mejorables. Imagino que la mayoría vienen condicionados por la estructura de la parte ciclo. El puente que divide la plataforma reposapies me pareció demasiado alto y la postura que propone, en su posición más elevada, obliga a flexionar demasiado las piernas. En la práctica solamente usaremos la más baja. El parabrisas queda un poco bajo; cinco centímetros mñas le vendrían de cine y ya puestos, eché de menos un freno de mano. La visibilidad e información del cuadro de instrumentos es perfecta así como la cercanía de los mandos.
Trabajo especializado
La parte ciclo está a la altura de las prestaciones. El tarado de la suspensión tiene un buen compromiso entre confort y dureza y en ciudad se antoja impecable. De hecho a veces incluso es seco y restallante sobre pavimento bacheado ya que se ha primado el aplomo, Eso no quita que en virajes rápidos, a alta velocidad o por autopista tienda a flanear muy ligeramente de delante pero no es nada preocupante. Una vez más hay que insistir en que el SuperDink 300 es un scooter de muy buenas prestaciones... pero no es un scooter sport. Pese a eso, trazando abierto, teniendo claros los límites del concepto y con el apoyo del excelente motor, el KYMCO enlaza las curvas con alegría y se adapta perfectamente a una esporádica escapada ciudadana revirada. La frenada también me pareció bien ajustada; más dosificable que potente. No tiene mucho mordiente pero transmite bien lo que pasa en la rueda al apretar la leva. Se nota que no quiere asustar; no es amiga de frenadas bruscas ni de achuchones repentinos a la leva. Lo suyo es frenar muy bien... pero anticipando. Incluso sobre el resbaladizo asfalto mojado de Barcelona bajo la lluvia, detuvo en todo momento el conjunto con eficacia y sin que necesitara saltar el ABS. El SuperDink 300i ABS es, en resumen, un muy serio scooter en su segmento. Ciertamente los hay más deportivos y los hay más volcados hacia el concepto clásico de "maxi" pero este KYMCO ofrece un excelente término medio entre ambos estilos. Y es sabido que en los términos medios suele estar la verdad...