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Antes de arrancar la moto veo detenidamente la botonera que administra la electrónica y los varios modos de KTRC en la pantalla multifunción. Dejo iluminado el símbolo F de “full power” y el número 1 indicando ese nivel de control de tracción... y al instante ya sabia lo que iba a encontrarme en esta prueba: un buen cuatro cilindros en línea y una buena parte ciclo. Lo mejor de la casa de Akashi.
Siempre encontraras una Versys en un garaje lleno de motos. Y es que su particular carenado no pasará desapercibido; es ancho y ofrece una protección de primera... la pantalla es regulablemediante un par de tuercas de accionamiento manual -con un recorrido de 30 mm- que funciona realmente bien. Protege holgadamente y además sin producir turbulencias ni rebufos a ninguna velocidad. Si a esto le sumamos una lograda y relajada posición de conducción, que todo en la Versys está en su sitio y un agradable tacto del motor y de los mandos... pues su cóctel para disfrutar en moto está servido señor.
La Versys 1000 monta una horquilla Kayaba de 43 mm que ha visto mejoradas sus prestaciones actuando en el sistema de válvulas de su interior, de manera que mejora la respuesta cuando el émbolo cambia de dirección. Se reducen al mínimo los “puntos muertos” de amortiguación y se consigue así una respuesta lineal y suave. Así, los 150 mm de recorrido cumplen con su trabajo perfectamente. Además se puede ajustar la pre-carga y la extensión en la botella derecha. La suspensión trasera utiliza unamortiguador en posición horizontal, de esta manera se deja libre el espacio inferior del basculante para que ahí se sitúe la pre-cámara del escape con lo que el silencioso final puede ser de un tamaño más contenido. El amortiguador ahora está situado lejos del escape, así no se ve afectado por problemas de calentamiento y cuenta con un práctico mando remoto de precarga de muelle.
El resultado funciona... ¡¡¡caray si funciona!!! Pese a tratarse de una 1000 y llevar maletas la Versys es sorprendentemente ágil e incluso acaba pidiendo un poco de "leña" y de alegría sport. En curvas es todo aplomo, enlazando virajes sin inmutarse.
El motor de 1.043 cc, 16 válvulas, culata DOHC, refrigeración líquida y cuatro cilindros en línea, me sorprende por lo poderoso y lleno que está entre las 2000 y 6000 rpm y la explosividad que tiene a partir de esta mitad del cuentavueltas. Un poder y una inmediatez que me enloquece... aunque no me acaba de convencer el funcionamiento de la caja de cambios, un poco tosca y ruidosa en las primeras velocidades.
A partir de 6.500 rpm, la estirada sigue siendo contundente y aparece el apasionante rugido del escape pero el tirón pasa a ser lineal y progresivo hasta llegar al corte del encendido sobre las 10.000 rpm sin ahogarse lo mas mínimo.
En el apartado de los frenos encontramos un sistema bien dimensionado, un doble disco delantero lobulado de 300 mm de diámetro con pinzas Tokico de cuatro pistones y detrás un disco (también lobulado) de 290 mm de diámetro con una pinza de un solo pistón. ElABS es un equipamiento de serie... pero no encuentro el botón para desconectarlo…
El poder de la electrónica es infinito y según los datos oficiales, en la opción “full”, los 118 caballos de potencia máxima aparecen sobre las 9.000 rpm. La diferencia de carácter entre un mapa y otro es notoria pero no exagerada, y entre el nivel full y low hay una disminución del 25 % de potencia para una moto de 118 CV y 240 kg de peso en orden de marcha. Precisamente esta es la opción que elijo cuando entro en zona de curvas, la moto es rapidísima y el equilibrio del conjunto es perfecto. Carácter no le falta en esta configuración y gracias al manillar ancho los cambios de dirección son muy rápidos y seguros. El motor sigue siendo nuestro socio y nos empuja sin desfallecer a partir de 2.000 revoluciones, con una ingente cantidad de par que la hace ser musculosa, noble y elástica hasta llegar a las 6.000 y a partir de ahí saca su carácter deportivo y entonces podemos disfrutar de sensaciones más fuertes hasta llegar a las 10.000 rpm.
Dejo atrás las carreteras reviradas y me sorprende lo estable que es la Versys en autovía. Aquí elijo el modo más tranquilo, modo low. El sistema recorta unos 28 caballos. Un recorte que se nota, sobre todo, a partir de 6.000 rpm. También se nota en la patada que da la moto sobre tu trasero. Muy a mi pesar aparecen unas pequeñas vibraciones a partir de 3.500 rpm, inevitable en un 4 cilindros en línea aunque lleve eje de equilibrado. Ahora me toca adelantar “en modo low” y el motor reacciona de manera ejemplar ante mi insinuación al puño de gas.
Hablando de electrónica; la Versys tiene un testigo en el display que se enciende cuando conduces de forma ecológica, algo muy de moda últimamente. Una triangulo formado con las letras ECO indica que conduces en dicho modo. (Vamos, lo que indica -en realidad- es que no hay manera de conducir ecológicamente una moto... ¡¡¡Es muy aburrido!!!)
El sistema electrónico de control de tracción de última generación KRTC (Kawasaki Traction Control), permite elegir entre tres niveles de intrusión. El primero está pensado para disfrutar de lo mejor de su par motor en conducción deportiva. El segundo para practicar una conducción dinámica y segura mientras que el tercero está pensado para mojado y “tierra”... si es que te atreves a meter la llanta delantera de 17 pulgadas en el campo. Durante esta prueba el KRTC entro en acción, parpadeando un testigo naranja en el display. El cuadro de instrumentos es de fácil lectura y muy completo (consumo medio, consumo instantáneo, distancia a recorrer con la gasolina que queda, reloj horario, dos parciales y el cuentakilómetros total, reloj de temperatura ambiente y de liquido refrigerante) pero me gustaría encontrar el indicador de la marcha engranada. La competencia lo lleva. La autonomía es otro factor digno de mención en todas las motos devoramillas. También en esta. Con una capacidad de 21 litros en el depósito la autonomía puede rondar los 285 kilómetros. El testigo de reserva se enciende cuando quedan aproximadamente unos 5 litros.
El consumo medio durante la prueba fue de 7,4 a los 100km a ritmo de faena, lo que nos indica que no esta nada mal rodando entre las zonas medias-altas del cuenta revoluciones.
Al llegar a casa hecho en falta un caballete central. En una moto maxitrail... o de este tipo... (¿es una maxitrail una híbrida?) el caballete central siempre es de gran ayuda. Sobre todo si necesitas ajustar o engrasar la cadena durante los largos viajes que esta maquina nos permite. Te diré que ni siquiera existe como opción.
Aunque no es la más potente de su clase, no te permite ajustar las suspensiones electrónicamente e incluso se conforma con un par de ruedecitas para regular la altura de la pantalla… ofrece unos niveles de deportividad y diversión solamente superados por otras pocas motos de su mismo segmento. ¡¡¡E incluso de otros!!!
Esta maxi "diferente" de Akashi te espera para hacer con comodidad, potencia y diversión lo que se espera de ella: .“carretera y manta"... Resumiendo... que me voy a dar otra vuelta en la Versys 1000.