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EFE - ROMA El Teatro Municipal de Coriano, en la provincia de Rimini, se convirtió ayer en la capilla ardiente por la que pasaron millares de aficionados, familiares y amigos para dar el último adiós al piloto italiano de Moto GP Marco Simoncelli.
Aficionados, familiares y amigos acudieron ayer a la capilla ardiente instalada en el Teatro Municipal de Coriano, en la provincia de Rimini, para dar el último adiós al piloto italiano de Moto GP Marco Simoncelli, fallecido el pasado fin de semana en el Gran Premio de Malasia. Los habitantes de Coriano, donde residía su familia y donde creció el piloto, y los aficionados tapizaron la fachada del teatro con carteles donde se leen mensajes de adiós y de luto, para "Supersic", como le llamaban cariñosamente. El funeral, previsto para hoy, se celebrará de forma privada, pero está prevista la presencia de Jorge Lorenzo y Valentino Rossi.
En el interior del teatro se colocaron dos de las motos que condujo el campeón: la Gilera 250 con la que ganó el Mundial de 2008 y la Honda que había usado este año en MotoGP y en el fondo del teatro se proyectó una gran fotografía donde se le podía ver sonriente, como todos esperan recordarle. Los habitantes de Coriano tapizaron la fachada del teatro con carteles donde se leen mensajes de adiós y de luto, para "Supersic", como le llamaban cariñosamente.
La lluvia no impidió que en pocas horas centenares de personas hicieran cola para acceder a la capilla ardiente que permaneció abierta durante todo el día de ayer y rendir tributo al joven de 24 años. Sus amigos llevaban una camiseta blanca en la que se podía leer "Ciao, Marco 58", aludiendo al número que usaba el piloto.
Según calculan las autoridades, fueron millares las personas llegaron a Coriano para dar el último adiós al piloto.
El funeral, previsto para hoy a las tres de la tarde, se celebrará de forma privada, pero está previsto que asistan el piloto español Jorge Lorenzo y Valentino Rossi, gran amigo de Simoncelli, así como el excampeón mundial de esquí, Alberto Tomba.
El padre, Paolo Simoncelli, no quiso entrar en la polémica sobre la actuación de los servicios de socorro del circuito de Sepang, de quienes se dijo que no acudieron a tiempo e incluso se les cayó la camilla en la que transportaban al piloto.
"Yo estaba allí y Marco ya estaba muerto. No había nada que hacer. Solo puedo agradecerles a todos. Le he tomado la mano y he intentado hablarle, pero ya se había ido", dijo en declaraciones al "Corriere dello Sport", el padre del piloto.
"Son las pistas. Si no quieres hacerte mal, quédate en casa", solía decir Simoncelli si alguien salía herido de los circuitos. Con esa valentía quieren seguir recordándolo sus familiares y amigos.